martes, 26 de mayo de 2009

Negro Héctor    Canción con lluvia y ella

Canción con lluvia y ella

No digamos “la lluvia ya ha pasado”.
Las estrellas, gotean todavía
y el mismo regocijo de las ranas
nos seduce con música de lluvia.

No pisemos la luna de los charcos
con aire sobrador, ni al pasto fresco
le embarremos el júbilo, si apenas
sospechamos el gesto de esa nube.

¡Cómo canta, Mabel, el cielo nuevo
prendiendo lentejuelas al ligustro!
Es limpio nuestro paso enamorado
bordeando los zanjones rebosantes.

Es simple tu pueblito acurrucado
emergiendo del hueco de la lluvia.
Reconforta sentir la primavera
acercando el aliento poco a poco.

Emborracha el estar enamorado.

Esquivando los charcos –clara siembra-
nuestros pasos se apartan y se acercan.
Y nuestros ojos siempre se reencuentran.

¡Qué sabroso besar con gusto a lluvia!

Hoy tengo ganas de atrapar estrellas
para colgarlas sobre tu latido
y tengo ganas de gritarte fuerte:
“Porque la lluvia existe. Yo te amo.”

No digas más “que rabia”, no hagas trompa
porque es triste mojar este domingo.
Dale un beso a la luna y encendele
la luz a este setiembre.

Lavémonos con cielo, con murmullos,
con pasto fresco y besos gusto a lluvia.
Y no digamos que ésta ya se ha ido.
Las estrellas, gotean todavía.

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