martes, 26 de mayo de 2009

Portogalo José

El bandoneón

Tu capacidad de sentmiento
estruja a mi conjoja esta noche.
Prolonga ayes por las comisuras
de la ventanas cerradas por dentro.
Mi capacidad de sentir
hace un recorrido a la columna vertebral.
Si anda el bandoneón
lo acepto en mí,
adelante, es bueno aunque duela.
Siempre los tres,figura mamarracha,
llena de aire con orificios
que te esperan a la salida
para darle inflexiones;
el sabio interpretador
con un traje negro
me acerca a él, que tiene
un sentarse indiferente
al cubrirse los pantalones,
ya que gimiendo así debe ensuciar;
yo no haría eso bandoneón,
será porque sólo escucho.
Algunas cosas sabré yo también.
Siempre los tres
y a veces cuatro o cinco y más,
en amarga pero incontaminada espera,
la de los pobres de espíritu y dinero
que pierde de día las huelgas
y de noche los amores.
Y si mañana no estaré triste
será pasado o dentro de tres días
más no resisto.
Son secretos que se dicen a los íntimos amigos
y nos citamos ante un vaso de vino.
Una noche seré yo, otra seras vos
que bajando la entonación arrnca:
estoy con la mishiadura,
escuchame hermano.

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