jueves, 28 de mayo de 2009

Juan Gelman

Final

La poesía no es un pájaro.
Y es.
No es un plumón, el aire,mi camisa,
no, nada de eso. Y todo eso.
Sí.
He roto un violín sobre el crepúsculo
para ver que pasaba,
me fuí a la piedra y pregunté qué pasa.
Pero no.Pero no.
Aún no.
¿Me olvidé acaso del pañuelo aquel
donde gira en silencio un vals antiguo?
No lo olvidé,miradme la mejilla
y os daréis cuenta, no, no lo olvidé.
¿Me olvidé del caballo de madera?
Tocadme el niño y me diréis que no,
¿y entonces, que?
La poesía es una manera de vivir.
Mira a la gente que hay a tu costado.
¡Ama? ¿Sufre? ¿Canta? ¿Llora?
Ayudala a luchar por sus manos, sus ojos, su boca, por el
beso para besar y el beso para regalar, por su mesa, su cama, su
pan, su letra a y su letra h , por su pasado -¿acaso no fueron
niños?- por su porvenir -¿acaso no serán niños?- por su
presente, por el trozo de pan, de historia y de dicha que le toca,
por el pedazo de amor, grande, chico, triste, alegre que le toca,
por todo lo que le toca y se lo arrebata en nombre de qué, de qué?
Tu vida entonces será un río inumerable que se llamará
pedro, juan, ana, maría, pájaro, pulmón, el aire, mi camisa,
violín, crepúsculo, piedra, pañueloaquel,vals antiguo, caballo
de madera.
La poesía es esto.
Y luego, escríbelo.

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