domingo, 24 de mayo de 2009

Luchi Luis

Caminando despacio

Una valija de bastón
y camino sin apuro.
Miro las vidrieras
entro en las librerías.
Le pregunté al canillita
cuál es el diario que más se vende
aunque siempre se parecen.
Todos me van dejando atrás
algunos me atropellan,
ni se dan vuelta para disculparse
y es seguro que piensan que yo soy el culpable
por meterme en su camino.
Me compro caramelos porque no fumo,
preciso una moneda
para hablar por teléfono,
(los cigarreros sólo cambian por interés)
necesito rápido, ahora mismo,
decirle a una mujer
con quien me casé siendo niño
que en este momento estoy pensando en ella.
Me detiene una gorda señora
implorando la ayude
a ubicar una calle que está a la vuelta
y me vuelvo presuroso
ante los suspiros de admiración
que siembra a su paso
una lenta, indiferente dama.
Un viejito lee el menú de un restaurant
anunciado como el programa del teatro Colón,
espero a ver si cuenta su dinero,
pero se va.
Siento que llegó la hora
de tomar un café.
La gran ventana abierta
Aunque está un poco fresco,
la mesa limpia
con el trapo servicial,
la silla amplia, tentadora,
sin ninguna pata floja.
Qué barato es ser poeta,
tener un lapiz
y sacar un papel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario