sábado, 25 de julio de 2009

Nasrudin

Alumnos y profesores

Nasrudin estaba en la puerta de su casa, cuando cruzaban la calle un profesor con sus alumnos.
—¿Adonde vas?, le preguntó.
—A rezar para que Dios termine con la corrupción, ya que él, siempre escucha las plegarias de los niños, respondió el profesor.
—Una buena educación ya habría acabado con eso. Enseña a los niños
a ser más responsables que sus padres y tíos.
El profesor se ofendió:
—¡He aquí un ejemplo de falta de fe! ¡Los rezos de los niños pueden cambiarlo todo!
—Dios escucha a todo el que reza. Si sólo escuchase las plegarias de los niños, entonces no habría ni una sola escuela en el país; no hay nada que odien tanto como a un profesor.

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