Todo el mundo se asustó al ver a Nasrudin recorrer apresuradamente las calles de la aldea, montado en su asno.
—¿Adónde vas, Mullah?, le preguntaban.
—Estoy buscando a mi asno, respondía Nasrudin al pasar.
sábado, 18 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario