El mono
La mujer del Mullah Nasrudin deseaba fervientemente tener un animal doméstico que le hiciera companía, de modo que se compró un mono.
A Nasrudin no le gustó demasiado.
—¿Qué vas a darle de comer?, preguntó.
—Precisamente, lo mismo que comemos nosotros, dijo su mujer.
—¿Y dónde va a dormir?
—Con nosotros, en nuestra misma cama.
—Oh, ¿Y qué pasa con el olor?, inquirió con preocupación el Mullah.
—Si yo puedo soportarlo, supongo que el mono también podrá.
jueves, 16 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario