domingo, 19 de julio de 2009

La tinaja

Para los Sufís, quizá lo más absurdo en la vida sea el modo en que la gente se afana en pos de cosas tales como el conocimiento, sin estar preparada para adquirirlas. Han supuesto que todo lo que necesitan son dos ojos, una nariz y una boca, como dice el Mullah Nasrudin.
El Sufismo dice, que una persona no puede aprender hasta tanto se encuentre en un estado en el que pueda percibir claramente lo que está aprendiendo, y su significado.
Para enseñar este punto a un inquieto discípulo, que quería conocer
'La Verdad', Nasrudín fue un día con el joven hasta un pozo, llevando consigo una tinaja. LLenó un balde con agua, que vertió en la tinaja. Después, repitió la operación. Cuando estaba vertiendo el agua del tercer balde, el discípulo ya no pudo contenerse:
—Mullah, el agua se está derramando. Esa tinaja no tiene fondo.
Nasrudín lo miró indignado:
—Estoy tratando de llenar la tinaja. Para ver si se ha llenado, mis ojos están fijos en el cuello y no en el fondo; cuando vea que el agua llega al cuello, la tinaja estará llena. Qué tiene que ver el fondo con ello? Solamente cuando esté interesado en el fondo del jarro, lo miraré.
Esta es la razón por la cual los Sufis no hablan sobre cosas profundas a las personas que no están preparadas para cultivar la facultad de aprender, algo que un maestro solamente puede enseñar a quien esté lo suficientemente esclarecido como para decir : "Enséñame cómo aprender".
Un dicho Sufí reza de este modo : "La ignorancia es orgullo y el orgullo es ignorancia". El hombre que declara: "No necesito que me enseñen cómo aprender", es orgulloso e ignorante. En esta historia, Nasrudín ilustraba la identidad de estos dos estados, que el común de la gente considera cosas diferentes.
De acuerdo con la técnica conocida como 'oprobio', en esta charada de la tinaja, el Mullah, desempeñaba el papel del hombre ignorante. Este es un conocido aspecto de la técnica Sufí.
El joven meditó la lección, relacionándola con otras absurdas acciones del Mullah. Una semana después, fue a verlo y le dijo :
—Enséñame lo de la tinaja. Ahora estoy preparado para aprender.

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