sábado, 18 de julio de 2009

El buey

Nasrudin llevó una vez a uno de sus bueyes a una carrera de caballos que aceptaba toda clase de competidores.
Todo el mundo se rió, porque es bien sabido que un buey no puede correr a mucha velocidad.
-Tonterías, dijo el Mullah, estoy seguro de que correrá velozmente si le dan la oportunidad.
Tendríais que haberle visto correr cuando era un ternero.
Ahora, aunque no ha tenido ocasión de correr, y no ha hecho práctica, ha alcanzado su máximo desarrollo. ¿Por qué no ha de correr aún más de prisa?

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