Un loro que tenía un vocabulario increíblemente amplio fue subastado en Estambul en dos mil pesos. Nasrudin quedó muy sorprendido.
Al día siguiente decidió llevar a su pavo, que era grande y feo, a la plaza del mercado. La mejor oferta que recibió fue de seis pesos, así que Nasrudin animó a la multitud a que subieran más, porque su ave era más grande que el loro que habían vendido por dos mil pesos.
—¡Aquél era un hermoso loro, y podía hablar exactamente igual que un hombre!, gritó alguien.
—¡Éste es un hermoso pavo y puede pensar exactamente igual que un hombre!, replicó Nasrudin.
sábado, 18 de julio de 2009
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