martes, 14 de julio de 2009

Nasrudin

Un buen hábito

—Nasrudín, hijo mío, hay que levantarse temprano en las mañanas.
—¿Por qué, padre?
—Es un buen hábito. Yo un día me levanté al amanecer y salí a dar un paseo. En el camino me encontré una bolsa con oro.
—¿Cómo sabes que no fue perdida la noche anterior?
—Ese no es el punto. En cualquier caso, no estaba la noche anterior, yo lo hubiera notado.
—Entonces, no para todos es bueno levantarse muy temprano. El que perdió la bolsa debió haberse levantado antes que tú.

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