sábado, 18 de julio de 2009

El rey me dirigió la palabra

El Mullah había vuelto a su aldea desde la capital del imperio, y los aldeanos se reunieron para escuchar la narración de sus aventuras.
—De momento, dijo Nasrudin, sólo quiero decir que el rey me dirigió la palabra.
Hubo un murmullo de excitación. ¡El rey había hablado a un habitante de su pueblo!
La noticia había sido más que suficiente para los charlatanes, que se dispersaron para divulgarla. Pero los más sencillo permanecieron en su lugar, y preguntaron al Mullah qué había dicho exactamente el rey.
—Me dijo, y con mucha claridad, de modo que todos pudieron oírlo: ¡'Apártate de mi vista'!

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