Cierto día, alguien le robó el borrico a Nasrudin. De inmediato fue a denunciar el robo.
El alguacil le dijo:
—Esto es grave. Haremos todo lo posible para que puedas recuperar el burro. Ahora, por favor, di exactamente, qué fue lo que pasó.
El Mullah contestó:
—¿Cómo puedo saberlo? Yo no estaba allí.
jueves, 16 de julio de 2009
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