viernes, 17 de julio de 2009

¿Cómo sabe usted que soy yo?

Cuando de pronto, Nasrudín, cayó en la cuenta de que no sabía quién era, se lanzó a la calle en busca de alguien que lo pudiera reconocer.
El gentío era denso, pero se hallaba en un pueblo ajeno y no encontró ninguna cara conocida.
De repente se encontró en la tienda de un ebanista.
—¿Qué puedo hacer por usted?, preguntó el artesano, mientras iba al encuentro de Nasrudín. ¿Desea usted alguna cosa de madera?
—Bien, lo primero, primero, dijo el Mullah. ¿Me vio usted entrar en su negocio?
—Sí.
—Muy bien. ¿Me vio antes alguna vez en su vida?
—Nunca.
—Entonces, ¿cómo sabe usted que soy yo?

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