martes, 28 de julio de 2009

Nasrudin

Un hombre que nunca nació

Mientras estaba en la India, El Mullah Nasrudín visitó un cementerio enorme. Deteniéndose delante de una elaborada tumba, leyó: "Aquí yace el mayor gobernante que este país conoció nunca. Condujo a sus ejércitos a la batalla contra las fuerzas enemigas. Construyó escuelas y alojamientos para los pobres. Su valor y caridad le convirtieron en leyenda, ya durante su vida. Este noble gobernante murió a los cinco años de edad".
—¿Cómo pudo un gobernador lograr tanto en tan poco tiempo? dudaba el Mullah.
—Llegó al trono a los veinte años de edad, y gobernó durante sesenta años. Cuando en su lecho de muerte, declaró: "He pasado siete años estudiando, ocho en la guerra y sesenta preocupado por los asuntos de Estado. En total he vivido cinco años de mi vida. Ésta es la edad que quiero que se recuerde en mi lápida mortuoria".
—Que si es así como aquí se considera la edad, precisó Nasrudín, por favor, mira que en mi epitafio aparezcan estas palabras: "Aquí yace Nasrudín, ¡un hombre que nunca nació!".

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