martes, 4 de agosto de 2009

Nasrudin

Todo depende

El Mullah Nasrudin se paseaba por el campo cuando divisó un cuerpo tendido en un foso. Se acercó y creyó reconocer a un campesino de
su aldea, llamado Selim. Un león le había arrancado la cabeza y se la había llevado. Nasrudin regresó al pueblo.
Al pasar por delante de la casa de Selim, la mujer de éste le preguntó:
—Se hace tarde, mi marido todavía no llegó. Tengo miedo que haya podido ocurrirle algo. ¿Crees que tengo motivos para preocuparme?
—Todo depende. La cuestión está en saber si salió con su cabeza o sin ella, contestó Nasrudin.

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