jueves, 13 de agosto de 2009

Un juez muy íntegro

Nasrudín fue acusado con otro reo de haber robado al erario público.
Había ciertas dudas del autor del ilícito. Si Nasrudín o el otro reo.
Nasrudín, proyectando su astucia mundana, le planteó a su abogado:
—Por qué no le enviamos un regalo de calidad al juez para facilitar el proceso de descargo?
—¿Estás loco? Es un juez íntegro y te condenaría irremediablemente.
Al otro dia, el noble magistrado, sin escuchar muchos argumentos y de manera tajante, condenó al otro reo.
Ya saliendo de la corte, el jurisconsulto, comentaba muy asombrado:
—¡Qué sorpresa! Te confieso, ni dudaba que este caso lo perderíamos y serías el condenado. Suerte que te animastes a enviarle un regalo importante. ¿Me imagino que así lo hiciste?
—Confieso que así lo hice. Pero no resistí a la tentación de enviárselo a nombre del otro reo, contestó Nasrudin.

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