Uno de los niños que estudiaba con Nasrudin mostraba una inquietud:
—Oye, ¿quién es el hombre más grande? ¿Aquel que ha conquistado un imperio? ¿Aquel que pudo hacerlo y renunció a su deseo? ¿O aquel que impidió que otro lo hiciera?
—No tengo ni la menor idea, respondió el Mullah. Pero sí conozco una tarea mucho más difícil que las que acabas de citar.
—¿Y cuál es?
—Impedir que os pongáis a analizar lo que otros han hecho e intentar que aprendáis a preocuparos de lo que vosotros mismos podéis hacer.
viernes, 7 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario