El hijo del Mullah Nasrudin fue a ver a su padre y le dijo:
—Padre, anoche he soñado que me dabas cien afghanis.
—Bien, dijo Nasrudin. Como eres un buen hijo y sensato, esos cien
afghanis que te he dado en sueños, no te pediré me los devuelvas. Puedes guardártelos y comprarte lo que te apetezca.
jueves, 20 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario