Menos mal que yo no estaba
La mujer del Mullah penetró en la habitación frenética y gritando:
—¡Mullah, Mullah, tu asno ha desaparecido!
Nasrudin se quedó contemplándola, aturdido un instante, y dijo:
—¡Menos mal que yo no estaba con mi burro en ese momento, porque yo también podría haber desaparecido!
domingo, 29 de noviembre de 2009
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