La ración
El asno de Nasrudin se había quedado muy delgado y debilitado.
—Por qué no das a ese pobre animal de comer algo de cebada para que mejore, insinuó un aldeano.
—Que su ración de cada noche son dos fanegas de cebada, confirmó
el Mullah.
—Entonces, ¿por qué está tan delgado? insistió el aldeano.
—Porque hasta la fecha, le debo un mes de cebada, concluyó Nasrudin.
jueves, 3 de diciembre de 2009
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