Un disfraz muy bueno
Un antiguo amigo se encontró con el Mullah Nasrudín y le preguntó:
—¿Cómo estás, hermano mío?
—A la perfección, realmente bien, le dijo el Mullah. Estoy viajando de incógnito.
—¿Ah, sí? Pero no me digas... ¿y de qué te has disfrazado?
—Estoy disfrazado de mí mismo.
—No seas tonto, le respondió pronto el amigo. Eso no es un disfraz. Eso es lo que tú eres.
—Al contrario, debe ser un disfraz muy bueno, dijo Nasrudín. Por lo que veo, te ha engañado completamente.
sábado, 6 de marzo de 2010
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