jueves, 2 de febrero de 2012

Nasrudin

Mala educación

En la animada ciudad de Bagdad, el Mullah Nasrudín extravió su asno. Tras buscar al animal durante varias horas, muy agotado, se sentó a descansar en un salón de té. Al momento, observó una muchedumbre reunida en la casa de la sabiduría.
Salió del salón a investigar y vio a su burro rodeado por un grupo de eruditos. Fue hacia él y lo abrazó con cariño y reproches.
—¡Tu burro ha hecho estragos en esta honorable sede del saber!, gritó
el decano. Debes pagar una enorme multa.

—Te confundes, replicó Nasrudín, tu debieras resarcirme. Yo tenía un burro muy bien educado. ¡Védlo ahora! Después de unas horas en este lugar se ha transformado en un delincuente.

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