jueves, 16 de febrero de 2012

Nasrudin

El atuendo

Finalmente la esposa de Nasrudín terminaba de tejerle un magnífico y anhelado manto de invierno.
El Mullah, encantado por la calidad del tejido y su elegante estilo, fue prontamente a su vestuario a buscar un majestuoso turbante para así complementar su vestir. Se pavoneó frente a los suyos unos instantes y luego salió rumbo a la ciudad a lucirse con su nuevo atuendo.
En su trayecto, a poco andar, se le aproxima un hombre y le muestra una carta, diciéndole:
—Perdóname, acabo de recibirla y agradecería que me la leyeras, pues está escrita en árabe y por desgracia desconozco el idioma.
—Lo siento, pero no puedo ayudarte, yo también lo desconozco.
—Pero, estás vestido como un árabe, sin duda hablas tu lengua natal.
El Mullah Nasrudin se sacó cuidadosamente el turbante y el manto y se los colocó al hombre, diciéndole:
—Ahora que eres árabe, lee tú mismo la carta.

2 comentarios:

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    saludos

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  2. Me encantan leer tus interesantes entradas sobre Nasrudi, siempre reflexivas y con moraleja.
    Saludos.
    Ramón

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