domingo, 4 de marzo de 2012

Famoso poema del maestro zen: Hung-chin

mo chao, reflejo sereno

En silencio y serenamente, uno olvida todas las palabras;
y eso aparece ante uno de manera clara y vívida.
Cuando uno lo realiza, es vasto y sin límites;
en su esencia se es claramente consciente.
Esta luminosa percepción se refleja de manera singular,
este puro reflejo está lleno de maravilla.
El rocío y la luna,
las estrellas y los torrentes,
la nieve sobre los pinos
y las nubes colgadas de las cimas de las montañas…
de ser oscuridad se tornan radiantemente luminosas;
de ser oscuridad se convierten en luz resplandeciente.
Infinita es una maravilla que permea esta serenidad;
en su reflejo todo esfuerzo intencional desaparece.
Serenidad es la palabra de todas las enseñanzas.
La verdad del reflejo sereno
es perfecta y completa.
¡Ah, mira! ¡Los cien ríos fluyen
convertidos en rugientes torrentes
hacia el gran océano!

1 comentario:

  1. Hola paso a saludarte y a avisarte que te he dejado un premio en mi blog. Un abrazo

    ResponderEliminar