viernes, 24 de enero de 2014

Nasrudin

Los hechos son hechos

Cuando el Mullah Nasrudin fue nombrado cadí (magistrado), se vio
enfrentado con un difícil problema.
En un juicio por agresión el demandante afirmaba que el acusado le había mordido la oreja. La defensa lo negaba e insistiendo que se la había mordido él mismo.
—Está claro que las pruebas están en contradicción, y puesto que se carece de testigos, dijo Nasrudín, hay una sola manera de resolverlo. Por consiguirnte, la corte pasa a cuarto intermedio por media hora.
Luego se trasladó a una habitación, donde intentó morderse la oreja. Cada vez que lo intentaba, perdía el equilibrio y caía lastimándose la cabeza.
Cuando se reanudó la sesión de la corte, el Mullah dijo:
—Examinad la cabeza del demandante. Si advierten moretones, él se mordió la oreja y me inclino a favor del acusado. Si en cambio no hay lastimaduras, el acusado le mordió la oreja y es un caso de agresión.

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