jueves, 11 de diciembre de 2014

Nasrudin

Cosecha alternada

El Mullah Nasrudin fue al barbero, quien comenzó a afeitarlo con mano torpe y una navaja mellada. Cada vez que lo hacía sangrar, el hombre aplicaba sobre la herida un trozo de algodón para detener la sangre.
Esto continuó por bastante rato, tanto hasta que la pobre mejilla del Mullah quedó tupidamente salpicada con algodón. Cuando el barbero ya se disponía a afeitar la otra mejilla, el Mullah, impetuosamente, al verse en el espejo pegó un salto y dijo:
—Es suficiente; ¡gracias, hermano! He decidido cultivar algodón en un lado y cebada en el otro.

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