viernes, 12 de diciembre de 2014

Nasrudin

Respeto

Un día, el rey y Nasrudín tuvieron una disputa y el monarca lo desterró de la corte.
—¡Vete ya, no quiero volver a ver tu cara hasta que estés dispuesto a mostrarme algún respeto!
Pasaron unas semanas y el rey empezó a echar de menos a Nasrudín. Le llamó de regreso al palacio. Cuando el Mullah acudió, se acercó al trono caminando de espaldas.
—¿Qué tontería es ésta?, preguntó el rey.
—Simplemente estoy obedeciendo tu última orden, replicó Nasrudín.

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