sábado, 9 de mayo de 2009

Rafael Alberti

Marinero en Tierra

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste
del mar?

En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste
acá


Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:

¡Hay mi blusa marinera!
Siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera.

Salinero

...Y ya estarán los esteros
rezumando azul del mar.
¡Dejadme ser, salineros,
granito del salinar!

¡Que bien, a la madrugada,
correr en las vagonetas,
llenas de nieve salada,
hacia las blancas casetas!

¡Dejo de ser marinero,
madre, por ser salinero!


Branquias quisiera tener,
porque me quiero casar.
Mi novia vive en el mar
y nunca la puedo ver.

Madruguera, plantadora,
allá en los valles salinos.
¡Novia mía, labradora
de los huertos submarinos!

¡Yo nunca te podré ver
jardinera en tus jardines
albos del amanecer!

Pregón submarino

¡Tan bien como yo estaría
en una huerta del mar,
contigo, hortelana mía!

-En un carrito, tirado
por un salmón, ¡qué alegría
vender bajo el mar salado,
amor, tu mercadería!

-¡Algas frescas de la mar,
algas, algas!

A Tagore


¡Dejadme pintar de azul
el mar de todos los atlas!

Mientras, salúdame tú,
cantando al alba del agua.
pájaro en una palmera
que mire al mar de Bengala.


¡A los islotes del cielo!

Prepara la barca, niña.
Yo seré tu batelero.

¿Marzo?
¿Abril?
¿El mes de mayo!
¡Más verde es la mar de enero!

EL Mar Muerto

Mañanita fría.
¡Se habrá muerto el mar!

La nave que yo tenía
ya no podrá navegar.

-Mañana fría,
¿lo amortajarán?

-los pueblos de tu ribera
-naranjas del mediodía-,
entre laureles y olivas

-Mañanita fría,
¿quién lo enterrará?

Marinero, tres estrellas
muy dulces: las Tres Marías


No sabe que ha muerto el mar
la esquila de los tranvías
-tirintín- de la ciudad.

No lo sabe nadie,nadie.
¡Mejor, si nadie lo sabe!

Ni tú, verde cochecillo,
que hacia la verdulería
llevas tu tintenear.

No lo sabe nadie,nadie.
¡Mejor, si nadie lo sabe!

Ni tú, joven vaquerillo,
que llevas tus dos vaquitas
tan de mañana a ordeñar.

¡No lo sabe nadie, nadie.
¡Mejor, si nadie lo sabe!


¡Qué altos
los balcones de mi casa!
Pero no se ve la mar.
¡Qué bajos!

Sube, sube, balcón mío,
trepa el aire, sin parar:
sé terraza de la mar,
sé torreón de navío.

-¿De quién será la bandera
de esa torre de vigía?

-¡Marineros, es la mía!

Pirata

Pirata de mar y cielo,
Si no fui ya, lo seré.

Si no robé la aurora de los mares,
si no la robé,
ya la robaré.

Pirata de cielo y mar,
sobre un cazatorpederos,
con seis fuertes marineros,
alternos, de tres en tres.

Si no robé la aurora de los cielos,
si no la robé
ya la robaré.


Barco carbonero,
negro el marinero.

Negra, en el viento, la vela.
Negra, por el mar, la estela.

¡Qué negro su navegar!

La sirena no le quiere.
El pez espada le hiere.

¡Negra su vida en el mar!


Retorcedme sobre el mar,
al sol, como si mi cuerpo
fuera el jirón de una vela.

Exprimid toda mi sangre.
Tended a secar mi vida
sobre las jarcias del muelle.

Seco, arrojadme a las aguas
con una piedra en el cuello
para que nunca más flote.

Le di mi sangre a los mares.
¡Barcos, navegad por ella!
Debajo estoy yo, tranquilo.

Madrigal de Blanca-nieve

Blancanieve se fue al mar.
¡Se habrá derretido ya!

Blanca-nieve, flor del norte,
se fue al mar del mediodía,
para su cuerpo bañar.
¡Se habrá derretido ya!

Blanca-nieve, Blanca-y-fría,
¿por qué te fuiste a la mar
para tu cuerpo bañar?

¡Te habrás derretido ya!

Mala ráfaga

Boyeros del mar decían:
-Bueyes rojos, raudas sombras,
ya oscuro, ¿hacia dónde irían?

(¡Fuego en la noche del mar!)

Carabineros del viento
tampoco, no, lo sabían:
-¿Adónde esos bueyes rojos,
raudas sombras, volarían?

(¡Ardiendo está todo el mar!)


Si Garcilaso volviera,
yo sería su escudero;
que buen caballero era.

Mi traje de marinero
se trocaría en guerrera
ente el brillar de su acero;
que buen caballero era.

¡Qué dulce oírle, guerrero,
al borde de su estribera!
En la mano, mi sombrero;
Que buen caballero era.



...la blusa azul, y la cinta
milagrera sobre el pecho

J.R.J


-Madre, vísteme a la usanza
de las tierras marineras:
el pantalón de campana,
la blusa azul ultramar
y la cinta milagrera.

-¿Adónde vas, marinero,
por las calles de la tierra?
-¡Voy por las calles del mar!


¡No pruebes tú los licores!
¡Tú no bebas!

¡Marineros bebedores,
los de las obras del puerto,
que él no beba!

¡Que él no beba, pescadores!

¡Siempre sus ojos abiertos,
siempre sus labios despiertos
a la mar, no a los licores.

¡Que él no beba!


¡Jee, compañero, jee, jee!
¡Un toro azul por el agua!
¡Ya apenas si se le ve!

-¿Quééé?
-¡Un toro por el mar, jee!


-¡Traje mío, traje mío,
nunca te podré vestir,
que al mar no me dejan ir.

Nunca me verás, ciudad,
con mi traje marinero.
Guardado está en el ropero,
ni me lo dejan probar.

Mi madre me lo ha encerrado,
para que no vaya al mar.


Ojos tristes, por la banda
de babor... ¿Adónde irán?

-¿Adónde van,
capitán?

Ojos tristes, que verán
las costas que otros no vean...

-Sin rumbo van.
...Mis ojos tristes, sin rumbo...


¡Quién cabalgara el caballo
de espuma azul del mar!

De un salto,
¡quién cabalgara la mar!

¡Viento, arráncame la ropa!
¡Tírala, viento, a la mar!

De un salto,
quiero cabalgar la mar.

¡Amárrame los cabellos,
crin de los vientos del mar!

De un salto,
quiero ganarme la mar.


Si yo nací campesino,
si yo nací marinero,
¿por qué me tenéis aquí,
si este aquí yo no lo quiero?

El mejor día, ciudad
a quien jamás he querido,
el mejor día -¡silencio!-
habré desaparecido.


Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un barco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!

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