lunes, 25 de mayo de 2009

Portogalo José

Presencia del Tango

1

-Oiga,che, hágase a un lao
que pasa con su magnolia, el tango.


Ah Juan Tango, Juan Tango, no te fíes
del que te llama “hermano” en sus sermones
y te endilga retórica de paja
en discursos ramplones.

No te fíes, Juan Tango, no te fíes;
ponte los pantalones,
saca a lucir tu pecho de jazmines,
el malvón de tu nombre,
tu corazón de pájaro de barro,
tu sonrisa de cobre,
sin olvidar que tienes en tus hombros
el cielo de los pobres.

No te fíes, Juan Tango, no te fíes;
ponte a servir al hombre
que tienes en los huesos
y en las voces que airean tus canciones.

2

Preséntate, Juan Tango,
tal cual eres,
mocito de buzón,
protestón,inocente,
hermano de los pobres
y de la buena gente;
el que no aguanta pulgas
y le baja el copete
al patrón, al burócrata,
al confidente
y al que subiendo al púlpito
invocándote, miente.

Prséntate, Juan Tango,
levantada la frente;
convérsalos
mostrándoles los dientes;
diles que en tu guitarra
ha madurado, alegre,
la copla de la calle
que no se vende;
calle del pan –rompesuelas-,
de la vida y de la muerte.

3

Tango, tanguito de ayer
-compadrito de mi flor-
¡qien te ha visto y quien te ve!


No te estires, Juan Tango,
no te estires;
tú no eres un burgués,
tampoco un pobre diablo
que vuelca su tristeza en un café.
Eres siempre, tú mismo, el que conozco
¡un hombre sin revés!

4

-Échese el resto, compadre,
no se me quede con ganas;
al canto de ¡envido!, ¡truco
de madrugada!


-No por mucho madrugar
Se amanece más temprano.
-Pero el que pega primero
compadre, va ventajeando.

No aventajes, Juan Tango,
no aventajes;
desprecia al funcionario,
al juez, al intendente,
al empresario
que han zurcido tu historia
en los prontuarios.

Castígalos, Juan Tango,
con las voces
del filo de tu canto.

Díles que tu baraja
no es un “naipe marcado”
y que tampoco corres
al caballo
que arrima los boletos
del comisario;
diles que las apuestas
las ganas con tu brazos
y en el aire de tu frente
en el trabajo.

Diles que tú eres Pueblo,
rebelde, insobornable, ¡bien plantado!

5

Tú no eres un Juan Malevo
de utilería,
sino la mala palabra
pura, fresca,honrada, limpia;
suncho de luna, tirado
en un zaguán de la orilla;
fruto de tapia, laguna,
Juan de la Noche en la esquina
pelada, sin un farol
y entre las sombras, caída;
te llamabas “El Morocho”,
“Pie de Seda”, “Lagartija”;
te apedillaba tu barrio
y el carozo de tu hombría.

6

-Soy gringo y creameló,
En sucedidos y sueños
puse siempre mi pasión.

(Con Juan Tango, el inmigrante
soltó también su paloma
en la canción;
laurel, espiga, rocío
de su voz;
perfume de madreselva
y su acordeón;
frescor sabroso del apio
la cebolla y el carlón,
lechuga, sandía, gajo
de menta, en el corazón).

-Yo, Juan el inmigrante
de tercera,
fundé un barrio en el cielo,
otro en la tierra;
ahora soy como todos
los juanes: el olvido
que se ha quedado solo.

Soy Juan el Albañil.
Soy Juan el Panadero
sin el pan, sin la casa
y sin el féretro;
cuando cerré los ojos
nadie vino a mi entierro.

Sin embargo –esto es cierto-,
soy el Juan que ha nacido
con Juan Tango en el Pueblo.

7

Coplas, coplas y más coplas
para el andar de Juan Tango
-gorrioncito de la calle
que brinca, alegre, en mi canto;
amor de trenzas al viento
en la cortada del barrio;
un ¡hasta luego, pebeta!
y un beso roto en los labios.

(Estaba, la noche, estaba
prendidita a tu pollera
de enamorada;
eras la flor del barrio,
la quinceañera
pelusita de durazno,
hilo de oro, hilo de seda.
Te fuiste (cuando?) una tarde.
Tu recuerdo está en la pena
de Juan Tango y de la calle
que no olvida tu miseria.
Fuiste del sueño la novia
con tu nombre en una tapia
y en la letra de una copla).

Hilo de oro, hilo de seda,
miel en la boca
¡pelusita quinceañera!

8

Hermosura del recuerdo
-una plaza, mi cigarro
y la lágrima primera
de mi primer desengaño;
rocío de tardecitas
que se ahogaron
entre ladridos de perros
y un plantón endomingado.

Recuerdo –imagen ahondada
del olvido- que rescato;
espejo del cielo, abierto
en la sonrisa y el llanto,
¡con qué fulgor en mi otoño
luces tus biseles mágicos,
cómo en tu azogue reflejas
de mis sueños, el más alto,
aquel que tiene los ojos
de mi infancia, junto a un charco!

(Viera usted cómo nacía
-dulce paloma del aire-
la poesía;
cardos, sauces, espinillos
y alfalfares de las quintas;
señuelos de mixtos, noria,
de calle a calle guerrilas,
rabonas rodillas sucias,
“corta mano” y calesitas;
viera usted cómo Juan Tango,
que era de barro, quería
sacar pecho, ser el musgo,
la caricia,
el humo que se iba al cielo
y la lámpara del día).

9

Coplas,coplas y más coplas
para entonar la garganta;
aguita fresca del sueño
en la palabra.

Coplas, Juan Tango, y más coplas
del aire que te acompaña
con su rumor de la noche
y su lucero del alba;
abejitas del recuerdo,
enamoradas
del malvón de los balcones
y del sol de tu guitarra.

Coplas, coplas y más coplas,
cinturita de la escarcha ,
conversación del vecino
que se ha lavado la cara,
corona de higuera, patio
con mate, bailongo y parra.

Coplas, coplas y más coplas.

¡Qué lindo el jazmín pintado
de púrpura, en la memoria!

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