sábado, 18 de julio de 2009

Espera un segundo

Un mendigo que caminaba por la mezquita vio a Nasrudín rezando en el tejado.
El mendigo, fingiendo que no lo había visto, preguntó:
—Dios, ¿eres tú el que está ahí arriba?
—Sí, respondió Nasrudín complacido.
—¿Qué tiempo pueden tener cien años para ti?, preguntó el mendigo.
—Lo mismo que para ti un segundo, respondió Nasrudín.
—¿A cuanto equivalen cien mil monedas de oro para ti?, preguntó el mendigo.
—A una moneda de oro, respondió Nasrudín.
—¿Me puedes dar una moneda de oro?, preguntó el mendigo.
—Espera un segundo, fue la respuesta de Nasrudín.

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