jueves, 20 de agosto de 2009

La novia perfecta

El hijo mayor de Nasrudín quería casarse, y buscaba esposa.
—¿Qué cualidades buscas?, preguntó Nasrudín a su joven hijo.
—Inteligencia más que belleza, replicó el muchacho.
—Oh, si es así, dijo el Mullah, sé una manera para encontrar la novia perfecta. Le pidió que le acompañara. Charlando llegaron a la ciudad.
Cuando llegaron a la plaza principal, Nasrudín empezó a abofetear a su hijo y a gritar desaforadamente, atrayendo a curiosos y curiosas:
—¿Cómo te atreves a hacer exactamente todo lo que te digo? ¡Éste es el castigo para el que obedece!
—¡Déjale!, le recriminó una joven. ¿Cómo puedes pegarle a tu hijo por ser un joven modelo?
—Padre, eres sabio, esa es la mujer para mí, dijo el hijo de Nasrudín.
—Es mejor tener dónde elegir, replicó el Mullah, y le insistió para ir a la ciudad vecina. Allí representó exactamente la misma escena, pero esta vez una joven comenzó a alentarle con fervor.
—¡Muy bien hecho! ¡Sí, pégale!, sólo un loco obedece ciegamente.
—Hijo, dijo Nasrudín con una sonrisa. creo que hemos encontrado una novia inteligente.

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