¡Me parece que eres tú!
En la plaza del mercado, Nasrudín, profundamente absorto, recitaba una oda:
—¡Oh, mi bienamada!
mi ser interior está tan colmado de ti
que todo lo que se presenta ante mi vista
¡me parece que eres tú!
—¿Y qué pasa si un tonto aparece ante tu vista? gritó un bromista.
Sin detenerse y como si fuera un estribillo, el Mullah continuaba.
—¡... Me parece que eres tú!
sábado, 28 de noviembre de 2009
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