lunes, 12 de abril de 2010

Nasrudin



El año ganado

Nasrudin fue aprehendido, y acto seguido sentenciado a muerte.
El rey le preguntó:
—Hay alguna razón por la cual no debiera dar la orden de decapitarte ahora mismo?
—¡Oh, Rey, vive por siempre! Sabrás que yo, el Mullah Nasrudin, soy
el gran maestro de tu reino, y sería un desperdicio avalar mi muerte. Soy tan habilidoso que hasta podría enseñar a tu caballo favorito a cantar, si tuviera un año para trabajar en ello.
El rey, divertido, le dijo:
—Muy bien, entonces usted se va ahora al establo, de inmediato y si el equino no está cantando en un año a partir de hoy, vamos a pensar en algo interesante que hacer con usted.
Mientras regresaba gozoso a su celda para recoger sus harapos, su compañero de celda le reprocha:
—Vaya, eso fue realmente estúpido. Sabes, es imposible, no puedes enseñar a cantar a ese caballo, no importa cuanto tiempo lo intentes, es inútil.
—No, en absoluto, responde Nasrudin, ahora tengo un año más para vivir, que antes no tenía. Un montón de cosas pueden suceder en un año. El rey puede morir. El caballo puede morir. Yo puedo morir. Y,
¿quién sabe?, tal vez el caballo cante.

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