Hijo del pueblo
Vengo de las glicinas enredadas
Que azulean las veredas en enero.
Vengo de gigantes chimeneas,
Madre mía!, qué abolengo.
Mi padre no tenía espaciosas bibliotecas,
Ni campos ni palacios ni sombrero.
Nací en un augusto conventillo de parques patricios
El último día de un verano,
Si queréis saberlo.
Había malvón en las macetas,
Gorriones en el fondo,
Peleas a menudo,
Goteras en el techo…
Oh aquél patio infinito de la estropeada baldosa,
Los largos piletones
Y el baño tan estrecho.
Oh la abuela italiana
Y el andaluz paragüero.
Mi padre era un polaco joven,
Panadero y marinante.
Era pobre pero esbelto aquel inmigrante.
Dibujaba con un palo en la orilla del Plata
En esas mágicas tardes del domingo,
Y yo, pequeño como un perro,
Tres abriles y dos mocos,
Era feliz con verlo…
martes, 26 de mayo de 2009
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