No me necesitas a mí
Un amigo llamó y despertó a Nasrudin en mitad de la noche.
—¿Cuánta fiebre?, preguntó luego de escucharlo.
—Debe estar a unos cincuenta grados centígrados, le contestó.
—Entonces, no me necesitas a mí, sino a los bomberos, resopló el Mullah, y se volvió a meter en la cama.
jueves, 30 de julio de 2009
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