viernes, 24 de julio de 2009

Nasrudin

El manto

Al oír un tremendo ruido, la mujer de Nasrudín corrió asustada hacia el cuarto.
—No hay por qué preocuparse, dijo el Mullah, es sólo mi manto que se ha caído al suelo.
—¿Qué? ¿Y es eso que provocó semejante ruido?
—Así es. Lo que pasa es que yo estaba dentro de él cuando se cayó.

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