El prestigio
El jefe de Nasrudin le llamó a su despacho muy enfadado, le insistió sentarse y le dijo:
—¡Nasrudin, ya es demasiado! He oído que ayer por la noche, después de la fiesta que dimos en la oficina, cogiste una carretilla con alguien subido en ella y fuiste a la calle principal del pueblo ¿No te das cuenta que haciendo eso dejas el prestigio de la compañía por los suelos?
—Pues, no le di ninguna importancia, estábamos ebrios y usted era el que iba en la carretilla, dijo Nasrudin.
lunes, 20 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario