sábado, 18 de julio de 2009

Arroz en la barba

Nasrudin pasaba un tiempo en un monasterio.
Un día discutió con el prior del monasterio y al cabo de unos días de este hecho, se descubrió que faltaba un saco de arroz.
El prior ordenó que todos se pusieran en fila en el patio. Entonces les dijo que el ladrón del arroz tenía algunos granos en su barba.
"Este es un viejo truco para que el hombre culpable se toque la barba involuntariamente, pensó el verdadero ladrón, y se mantuvo inmóvil".
Nasrudin, por su parte, pensó: "El prior se ha propuesto vengarse de mí. ¡Debe haber metido granos de arroz en mi barba!", por lo tanto, trató de limpiársela con el mayor disimulo.
Mientras se peinaba la barba con los dedos, se dio cuenta de que todo el mundo lo miraba.
—¡Sabía, no sé cómo, que me atraparían tarde o temprano!, confirmó Nasrudin.

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