Acusado de poligamia
Se abrió un proceso contra Nasrudin. El Fiscal no podría probar gran cosa. Se le acusaba de poligamia, de tener muchas esposas. Todo el mundo lo sabía, pero nadie podía probarlo. Su abogado le insistía:
—Quédate callado, eso es todo, confía en tu amigo. Si dices una sola palabra te van a descubrir. Estáte calmo que yo me ocuparé de todo.
El Mullah permaneció en silencio; hirviendo por dentro, consternado.
Y a pesar de haber querido interrumpir muchas veces, se las arregló para, de alguna manera, controlarse a sí mismo.
No se pudo encontrar nada contra él. Ni aún sabiendo que el acusado tenía muchas mujeres en el pueblo, qué podía hacer el pobre juez sin ninguna prueba?, nada.
—Nasrudin, eres libre. Puedes irte a casa, le dijo.
—¡Qué!, ¿a qué casa señoría? Dudó un perplejo Mullah.
lunes, 20 de julio de 2009
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