¿Por él lloras?
Nasrudin estaba llorando todo en una tumba, desconsolado repetía:
—Oh, mi Dios, ¿por qué no tuvo compasión de mí?, ¿por qué se fue tan pronto?
Un hombre que pasaba se apiadó de Nasrudin, y decidió consolarlo.
Se acercó y le preguntó:
—¿Es la tumba de tu hijo? ¿Por él lloras?
—¡No, es la tumba del primer marido de mi señora, que falleció y me dejó tamaña calamidad de mujer, que ha hecho que mi vida sea tan miserable!, dijo Nasrudin.
lunes, 20 de julio de 2009
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