La puerta robada
Una noche, unos jóvenes incontrolables robaron la puerta de la casa de Nasrudin para gastarle una broma.
Nasrudin fue a la mezquita, sacó la puerta de las bisagras y se la llevó a su casa.
La gente le preguntaba por qué lo había hecho, y Nasrudin les precisó:
—Alguien robó la puerta de mi casa y sólo Dios sabe quién lo ha hecho ¡Y cuando Dios me diga quién ha sido, le reintegraré la puerta de su mezquita!
lunes, 20 de julio de 2009
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