sábado, 18 de julio de 2009

Oficio de aguador



El Mullah Nasrudin tiene el oficio de aguador. Día a día reparte agua por los pueblos vecinos. Desde el pozo más próximo, transporta dos grandísimas tinajas por largos caminos con la ayuda de su asno tan querido. Un día observa que una de las tinajas tiene grietas y pierde agua, se acerca a casa del alfarero, compra una nueva y guarda la resquebrajada en el almacén.
No pasa más de una luna que Nasrudin vuelve de repente al almacén con la intención de recuperar aquella vieja tinaja.
Con gran sorpresa, el Mullah, escucha que le habla y con su corazón de tinaja, le dice.
"Estoy muy avergonzada porque mis grietas hacen que pierdas el agua de la que vives. No sé en absoluto porque quieres volver a llevarme".
Nasrudin le responde:
—Mi querida tinaja, los caminos por donde pasamos, ahora ya estan secos y mi asno no encuentra en absoluto ninguna hierba para comer. Tu imperfección produce cosas buenas, de las que no me había dado cuenta, sino ahora que las hemos echado de menos.

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