Nasrudín estaba sentado conversando con un amigo cuando caía la noche.
—Enciende una vela, pues ya ha oscurecido. Encontrarás una, a tu izquierda. Agregó el amigo.
—¡Tonto! ¿Cómo puedo distinguir mi izquierda de mi derecha en la oscuridad?, preguntó el Mullah.
domingo, 19 de julio de 2009
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