La subasta
Nasrudin fue al mercado con la intención de vender su burro; había meditado bien el asunto, y pensaba que sería afortunado si lograba que le pagaran treinta dinares por su viejo burro.
No tardó en encontrar un tratante que estuvo de acuerdo con el precio que Nasrudin pedía, y cerraron el trato.
Feliz y contento se marchaba Nasrudin a su casa, cuando escuchó una voz que gritaba:
—¡Venid aquí, voy a subastar este precioso burro! ¡Fijaos bien en su hermosa cabeza, sus fuertes patas! ¡El precio es de cuarenta dinares! ¿Hay quien dé cincuenta?
Pronto, alguien dijo:
—¡Doy cincuenta!
Otro, replicó:
—¡yo pago sesenta!
Otro, dijo:
—¡yo doy setenta!
—Setenta dinares a la una, setenta a las dos.
De pronto, Nasrudin se alzó sobre las puntas de sus pies y grito:
—¡Yo pago ochenta dinares!
Y, a continuación recogió su viejo burro, pagó los ochenta dinares, y muy orgulloso regresó a su casa.
lunes, 20 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario