El Mulah Nasrudín se cayó a un pozo negro, y le fue imposible salir.
Se puso a gritar:
-¡Fuego, fuego!
Al cabo de un rato aparecieron los bomberos.
—¡Aquí no hay ningún fuego!, exclamó el jefe de los bomberos, por qué ha gritado "fuego"?
—¿Y que quería que gritase? ¿Mierda?
sábado, 29 de agosto de 2009
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