Nasrudin cabalgaba sobre su asno a toda prisa hacia alguna parte.
Pasó por un mercado y le preguntaron:
—Nasrudin, ¿dónde vas tan rápido?
—Preguntad al asno. He aprendido que es inútil luchar, contestó el Mullah. Cuando quiero ir a algun lugar, él se resiste. Pero es un asno, puedo perdonarlo; soy un hombre comprensivo. Si él es incapaz de ir donde yo voy, yo sí puedo ir donde él va. Así que preguntad al asno.
viernes, 28 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario