Siempre es relativo
El Mullah Nasrudín iba vestido con una túnica harapienta y sucia.
El gobernante lo increpó:
—¿Cómo, le preguntó, te atreves a presentarte ante mí en ese estado de suciedad? ¿Es que no te da vergüenza?
—Siempre estoy relativamente limpio, contestó un impávido Nasrudín.
En mi alforja guardo otra túnica y me la pondré cuando la que visto ahora esté más sucia que aquella.
—Pero, ¿cuándo las lavas?
—Nunca. Si la túnica que estoy usando está más sucia que la que llevo en mi alforja, me la cambio. ¡Siempre, estoy relativamente limpio!
martes, 27 de abril de 2010
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