jueves, 10 de febrero de 2011
Nasrudin.
Mi corazón te celebra
En un oasis, se encontraba un anciano Nasrudin, de rodillas, cerca de algunas palmeras datileras.
Su vecino, un importante mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y lo ve transpirando mientras cavaba en la arena.
—¿Qué tal amigo? La paz sea contigo.
—Contigo, contestó Nasrudin sin dejar su tarea.
—¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y cavando?
—Siembro, contestó el Mullah.
—¿Pero, qué siembras aquí?
—Dátiles, respondió Nasrudin mientras le mostraba a su alrededor el palmar.
—¡Dátiles!, repitió el recién llegado muy sorprendido. El calor te ha afectado. Ven, deja esa tarea y vayamos a la tienda a beber una copa de licor.
—No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos.
—Oh, amigo mío, ambos somos ancianos, sabemos que los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y que recién después de ser palmeras adultas, están en condiciones de dar frutos. Yo te aprecio y ojalá vivas muchos años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.
—Mira, mi querido amigo, yo comí los dátiles que otro sembró y que seguramente tampoco pudo disfrutarlos. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto. Aunque sólo fuera en homenaje de aquel desconocido, vale la pena completar mi tarea.
—Me has dado una gran lección... Que Dios te bendiga, gran Mullah.
Mi corazón, todo mi corazón te celebra.
—Ya ves... Tú, que me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara y sin embargo, mira, ya coseché la gratitud de un amigo.
Etiquetas:
a8p-Nasrudin
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Hola.Cuanta sabiduría.Un placer haber pasado a leerte.
ResponderEliminarUn saludo.
...que gran lección¡ Me encanta pasar por éste rincón y empaparme de éstas entradas llenas de tanta sabiduría. Un placer. Saludos cordiales.
ResponderEliminarRamón
Tu blog es como la serie que mas te gusta,esperas la proxima, pero si tarda, no te importa leer los capitulos anteriores.Nuevamente Felicidades.
ResponderEliminarMi corazón, todo mi corazón te celebra, diría el Mullah
ResponderEliminarblog marche ....! votre blog est super.
ResponderEliminarExelente
ResponderEliminarChesi, tienes algo esperándote en mi blog. Cuando puedas pásate...
ResponderEliminarHola, magnifica lección la que le da este pobre hombre a su vecino, todos aprendemos cada dia algo nuevo.
ResponderEliminarSaludos.
Sembrar, pensando únicament en la colecta, sin concederle importancia a quien la haga, llena las despensas del corazón.
ResponderEliminarHola primera vez que paso por aquí y me encantó lo que compartes, te dejo una invitación a que me visites en mi casita, tenemos mucho en común.
ResponderEliminarUn abrazo
chesaudade, o che, melancolía, que te quedas en mi, déjame vivir a mí solo, esta vida mía. . .
ResponderEliminarAsí comienzo mi presentación. No tienes seguidores? No te interesan tal vez. Un gusto leer tu Blog.He encontrado en él tantas coincidencias, en los pensamientos y los escritores que te gustan que me llevo ese leopardo o chita no veo bien. . .a mis cuatro Blogs.Un saludo muy cordial
uffff,muy buen blog,quería hacerme seguidor blogger pero no encontré como,me llevo este relato para mi blog, por supuesto haciendo referencia de donde lo saqué,espero no te enojes, por las dudas gracias y disculpas,saludos desde uruguay
ResponderEliminarLa sabiduría puede resumirse sin dejar de ser maravillosa... Saludos desde Venezuela
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