Prestación médica
El médico fue a la casa de Nasrudin, una vez más, para cobrarle los honorarios, aún impagos, de una prestación médica a su hijo y dijo:
—He venido varias veces a recordarte que he curado a tu hijo de la viruela y no me escuchas o simulas no escucharme, pero debieras sí, pagarme.
—Tú, eres quien tiene que escuchar y no te hagas el distraído; o bien, de lo contrario voy a demandarte en los tribunales, contestó el Mullah.
—Lo que dices es extraño, he tratado a tu hijo con eficacia, no tienes nada que reprocharme.
—Sí, bien lo sé, pero dime: ¿quién propagó la epidemia en la aldea...?
¡Sí, mi hijo...! De modo que todo el dinero que has ganado debieras ya compartirlo conmigo.
martes, 16 de agosto de 2011
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Interesante reflexión, como todas las que nos expones del Mullah Nasrudin.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Ramón
Que listo el Mullah, y no le falta razón jejeje
ResponderEliminarUn besito.
¡Qué bueno! e ingenioso!
ResponderEliminarSaludos, Elsa
Muy listo y muy tramposo, si el responsable de propagar la epidemia es el hijo del Mullah, y éste es el responsable de su hijo, debería pagar todas las facturas de los enfermos, y no beneficiarse del perjuicio causado a los demás. El médico hace honradamente su trabajo, y no tiene por qué darle parte de sus ganancias.
ResponderEliminarMe gusta Nasrudin, pero en este caso no estoy de acuerdo con él. Las enfermedades no se manejan a voluntad, por lo menos en su época. Debe pagar. Un abrazo Che
ResponderEliminarhola que tal! estuve visitando tu blog y me pareció interesante, Me encantaría enlazar tu blog en los míos y de esta forma ambos nos ayudamos a difundir nuestras páginas. además estoy segura que su blog sería de mucho interés para mis visitantes!.Si puede sírvase a contactarme ariadna143@gmail.com
ResponderEliminarsaludos